Dark--Poetry

Gota a Gota Gota a gota la lluvia canta Lo quebradizo de un triste aria. Truenos calmos al fondo marcan El ritmo lento de la vida sacra. Gota a gota mis ojos callan La mirada propia de quien ama. Dedos inquietos se pasean Para evitar que correteen las ideas. Gota a gota el vaso grita Recuerdos vagos que tiritan. Labios secos se humedecen Para curar el alma que se escuece. Gota a gota el corazón rompe la voluntad del frágil hombre. Latidos que se paran de repente... Suspiro... Ojalá mañana sea diferente.

De cenizas veo el mundo, consumido, Si dejo que mis flamas se arrebaten, Si dejo que se las lleve el aire, De cenizas campos y castillos. De cenizas sería un mundo diferente, Sin poder regresar a la manía De quererte aquí, mía. De cenizas el amor es indiferente. De cenizas pudiera ser mi mundo más tranquilo, Pero la llama fuiste tú, Y aunque ni en mis sueños te pasearas por aquí Seguro las cenizas me quemarían de olor a ti. De cenizas son historias pasajeras, Y lo que quiero, si pudiera, Es atraparte en una enredadera De besos y canciones, que no te fueras. De cenizas son los sueños apagad

Es curiosa la forma en la que el tiempo nos mide. Horas, días, semanas, meses, años... luego morimos y empieza de nuevo. Es curioso también que adoptemos esa medida para todo, como si cada segundo que pasara hiciera que el tiempo fuera menos importante. Como si fuéramos un fénix esperando renacer, como si el tiempo no afectara a esa inmortalidad que creemos tener hasta que abrimos los ojos y nos damos cuenta que todo acabó. Es curiosa la forma en la que contamos las alegrías que ya no son y no queremos olvidar, es curioso también cómo el ser humano busca recuperar el tiempo perdi

Jugamos a bailar a la merced del viento interminable, abrazados, mientras vuelan las cenizas,  a ser más que dos fuegos fatuos, a ser perpetuos, a ser dos llamas que buscan vivir en el mismo aire, en el mismo espacio, tuyo y mío, nuestro…  Jugamos a quemarnos mutuamente para no extinguirnos.

Caminando por senderos empolvados Acaricio las flores que se abren valientes, Ruedan llantas, relinchan caballos, Polvo y pueblo son parientes. Encuentro flores bellas, otras marchitas, indiferentes. Después de un corto camino, ellas entienden. Incluso a ellas les toca conocer a la muerte. Entiendo que en cada segundo que le arranco a la vida… Muero… Que ese es el único destino fijo. Que aún si yo no lo elijo Un paso hacia cualquier parte me acerca a mi caída. Apaciguo, me siento y espero. Mi corazón duele solitario y convulsiona sin motivos. Mis manos sudan, al fin lo entiendo. Incluso la e

No sé si fue eso que se llama destino, O simplemente cuestión de suerte, No pregunté por el calor del camino, Ni recordé mis charlas con la muerte. Entendí que mi vida terminaba, Que la página había cambiado. Con la frente en alto, airado Recibí lo que llegaba. Y mi vida se acabó, Y fue tuya. Entonces tu vida suspiró, Y ambas fueron nuestras. Postrados en el encuentro de dos miradas, De dos ojos que se apagan sin temores, Me reviviste para encontrarte en la noche azulada, Eras una ardiente llama blanca. Hoy eres el fuego que me toma Y en sus brazos me calienta. En aquella noche triste de

Rodeado de un paisaje perfecto Posé mis pensamientos en el mar de flores. No había penas, no había dolores, Era la soledad, su efecto, El vacío que empezaba a devorar, Seguro estarás en un buen lugar. Te notaba en las aguas tranquilas, En el trino de las aves, En las mariposas amarillas. En su aleteo constante. Faltaba el sonido de tu risa Y las aguas meciéndose a tus pasos. Faltaban tus abrazos, Y tu aroma transportado por la brisa. Faltaban las flores cortadas, Y las mariposas huyendo temerosas. Faltaba tu sonido, la música que produces. Faltaban tus ojitos, mis dos luces. Sí, faltabas toda tú, Tu inconfundible escencia. Me faltabas tú

Sumido en una tristeza infinita Me mecía la música que mata, El compás de la respiración pausada, El temblor del alma que tirita. Entonces apareció el primer destello, Pequeño, brillante, glorioso, Como el amor que nace, deseoso, Como el primer beso, bello. Y crecieron árboles Y los movió el viento, Llegaron aves, Cantaron hasta quedar sin aliento. Sonreí y empecé a fundirme con mi entorno, A disfrutar esa música tan diferente... Y recordando mis solemnes votos Repetí: Contigo hasta la muerte.

El agua en mis piernas hacía recordar Cientos de momentos en la mar. Busqué memorias y fantasías, Calenté mi alma como se hace con las cosas frías. La luna seguía su canto Y yo simplemente reía Como en las viejas fotografías. Como ríe aquél que superó el llanto. Y vivía, sí, vivía... Recordaba tu calor extraño, Recordaba lo mucho que te amo, Y el alma se estremecía. Llegaron a mi mente días de sonrisas y quimeras... Yo golpeaba el agua como un corazón recordando tus amores, Tomé un poco entre mis manos y, rogando al cielo que volvieras, Regué